viernes, 19 de julio de 2013

En la Isla del Encanto.

Al estilo de Atrévete a  Soñar de RCTV


El exitoso programa que se transmitía por Radio Caracas Televisión  -RCTV- en horario estelar en la década de los años 90,  tuvo como esencia, materializar los sueños de una persona, convertirlos en realidad, pero de una manera insospechada y casi que de magia para el favorecido y para el televidente.  De esa manera, con ese guion en términos de Televisión, se desarrolló parte de mi estadía en Puerto Rico, la Isla del Encanto, con motivo del primer Clásico Mundial de Béisbol en el año 2006.



          Con entradas para ver los juegos de la selección de Venezuela, inició el sueño de ver al mejor equipo de béisbol que haya conformado mi país, para representarnos en una competencia de carácter internacional. Presenciar los juegos desde la tribuna del Estadio Hiram Bithor en la ciudad de San Juan, constituía para los aficionados a ese deporte, el bálsamo suficiente que tranquilizaría el éxtasis de ver a lo más granado de los Peloteros Venezolanos, competir con los rivales del béisbol caribeño: Cuba, República Dominicana y la sede del evento Puerto Rico.



En horas de la tarde del día siguiente de arribar a la isla, transcurrió el primer encuentro, que finalizó con saldo negativo  de 7 a 2 a favor de la selección de Cuba. Al día siguiente, en horas de la noche, ocurrió lo insospechado, producto de la victoria ante los anfitriones boricuas con pizarra de 6 carreras por 0, la celebración en las afueras del recinto beisbolero se prolongó hasta esperar la salida de los peloteros, tiempo suficiente como para no encontrar medio de transporte que me llevara al hotel. En esa dificultad reconocí a uno de los pasajeros del avión que me transporto de Miami a Puerto Rico y le pedí un aventón hasta una zona que me permitiera subirme a un taxi. La sorpresa se produjo; lo insospechado comenzaba materializarse, el aventón  fue concedido en el mismísimo Bus que transportaría a los peloteros y familiares de los mismos, toda vez, que la persona a quien recurrí resulto ser familia de uno de ellos. Me senté casi al final de bus y los vi entrar uno a uno y es así como escoltado por la brigada motorizada de la Policía de San Juan, llegue al Hotel que lleva el nombre de la ciudad.



Luego de sagaces sesiones fotográficas con los jugadores, me retire caminando las cuatro cuadras que separaban el lujoso Hotel de Borinquen, de mi morada, sonriendo, feliz, se ha materializado un programa de atrévete a soñar que no fue televisado pero que hoy, con la anuencia de María  Lucia Morais, ha sido relatado.     


Original de Luis Ernesto Verde, seguidor del blog.
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